Guillermo también nos regaló otra carpa,Luisa una sombrilla y amigos de las colonias unos rollos de cañas para dar sombra. Silvia construyó con cañas una base, Ángel nos donó tela impermeable.
Todo lo donado nos iba bien ya que no teníamos nada. Empezamos desde cero.
Sacrificamos todas las horas que pudimos de las vacaciones de verano.
Rafi y Felipe con el recinto de Ciudad Jardín, ayudando a poner las hojas de palmera, Jesús cada tarde con las obras.
No veíamos la luz en el túnel. Fue una verdadera pesadilla.
Además todas teníamos que atrapar a los gatos de la colonia y trasladarlos.
Todo era frenético,las máquinas estaban en el territorio de la colonia. Por suerte,la empresa Nila supo esperar.
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