sábado, 5 de noviembre de 2022

CALOR,CALOR Y CALOR

El verano fue insufrible. No se podía respirar en el recinto. Por suerte la antigua alimentadora de la colonia donó una carpa. Eso fue lo último que hizo pues se despidió de la colonia y ahí nos dejó,tiradas,a nosotros y a "sus amados" gatos.  
Guillermo también nos regaló otra carpa,Luisa una sombrilla y amigos de las colonias unos rollos de cañas para dar sombra. Silvia construyó con cañas una base, Ángel nos donó tela impermeable.
Todo lo donado nos iba bien ya que no teníamos nada. Empezamos desde cero.
Sacrificamos todas las horas que pudimos de las vacaciones de verano.
Rafi y Felipe con el recinto de Ciudad Jardín, ayudando a poner las hojas de palmera, Jesús cada tarde con las obras.
No veíamos la luz en el túnel. Fue una verdadera pesadilla.
Además todas teníamos que atrapar a los gatos de la colonia y trasladarlos.
Y a las hembras esterilizar. Sólo podíamos sudar.
Las hojas de palmera fueron la solución.


El sol descargaba sus rayos con fuerza infinita.


Todo era frenético,las máquinas estaban en el territorio de la colonia. Por suerte,la empresa Nila supo esperar.

Esa era toda la sombra que teníamos...

Sin posibilidad de sombra por la propia estructura.

Jesus se dejó la piel en la obra.

Poniendo sombrajos.

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